Fisicamente no sentí nada cuando me guillotinaron; ni dolor alguno, ni siquiera el mas mínimo contacto de la hoja con mi garganta. Solo recuerdo que de pronto la oscuridad lo inundó todo y me sumergió en el mundo de las tinieblas en el cual ya llevo más de doscientos años. Pero que curioso, nunca perdí la conciencia de mi mismo.
Desde entonces, oscuridad, tristeza y profunda soledad... son mis intimas compañeras. En este reino de las tinieblas se está completamente solo: no tienes el consuelo de un amigo, cuya compañia disipe tus temores o haga que se redoblen tus alegrias; tampoco el de otros espiritus con los que consolarte; tampoco gozas de los placeres de la carne, yo ya llevo 235 años desposeido de mi envoltura carnal, ya casi no recuerdo lo dulce que era el contacto con una mujer, el suave tacto del cuerpo de una mujer desnuda es algo que añoro enormemente; incluso el humo de un buen cigarro para mi es algo como un lejano recuerdo, tan lejano que dudo que alguna lo haya probado, y el caso es que cuando vivia no dejaba de fumar ni de hacer el amor con toda mujer joven y hermosa que se dejase.
No. En este inframundo no tienes sensaciones fisicas; ni hambre, ni sed, ni frio, ni calor; la unica emocion humana que pude traerme al principio fue el miedo; pero este miedo poco a poco se fue disipando; ya solo soy un espiritu errante en el mundo de las sombras, aunque de vez en cuando se me ha permitido echar un vistazo por el mundo, de modo que asi he podido ver como se sucedian generaciones tras generaciones; desde mi inframundo he visto nacer a mi unico hijo mayor (mi mujer estaba embarazada de él cuando me guillotinaron), lo he visto crecer, casarse, madurar, envejecer y finalmente morir de viejo; a el, y a los hijos de sus hijos, y a los hijos de sus hijos de sus hijos, y asi hasta deecisiete generaciones; he contemplado la evolución del mundo, he visto el romanticismo del XIX y la lucha de clases del S. XX, desde mi gruta oscura.
Ahora se me ha permitido garabatear en un teclado, y por eso he creado este blog; como mi unico canal de comunicación con el mundo actual.
De ese mundo actual del cual pienso hablar en diversas y sucesivas entradas; pero no en esta, mi tiempo se acaba y yo me vuelvo donde me sé...
Vale.